PROMOCIÓN DE LECTURA CON ADULTOS MAYORES, EXPERIENCIAS EN UNA ESTANCIA GERONTOLÓGICA DE TUXTLA GUTIÉRREZ

READING PROMOTION WITH ELDER PEOPLE, EXPERIENCES IN A NURSING HOME IN TUXTLA GUTIERREZ

Julie Cecilia Hernández Medina

Especialidad en Procesos Culturales Lecto-escritores
UNACH

hernandezm.julie@gmail.com

Recepción: Junio 8, 2016 Aceptación: Enero 12, 2017

http://dx.doi.org/10.31644/IMASD.14.2017.a04

Resumen

En las siguientes páginas se describe una experiencia de promoción de lectura con adultos mayores. Partiendo de la importancia de conocer las necesidades del grupo con el que se trabajó, sus intereses y vida cotidiana, se pudo distinguir como problema principal la soledad que sienten. A partir de ahí, se preparó junto con el grupo, un taller que permitió reflexionar, opinar y debatir en relación a las lecturas realizadas de manera compartida y cómo mejorar de manera factible su situación de vida.

Paulatinamente se pudieron observar cambios favorables que ayudaron a disminuir ese sentimiento, además de la apropiación de la lectura y la actitud positiva para mejorar las relaciones entre compañeros. Esta experiencia busca ser un ejemplo para otros proyectos de promoción de lectura, donde la mirada principal se dirija hacia el sujeto participante del encuentro con el texto.

Palabras clave: Promoción de lectura, adulto mayor, lectura

Abstract

In the following pages it is described a reading promotion experience with elder people. Based on the importance of knowing the needs of the group that worked with us, interests and daily life, it was discovered as the main problem, the loneliness. From there, it was prepared with the group a workshop to reflect, review and debate in relation to the shared reading, and thinking how to improve their living situation in a realizable way.

Gradually there were favorable changes that helped to reduce the loneliness feeling, besides the reading appropriation and positive attitudes to improve their relationships. This experience wants to be an example for other projects to promote reading, where the main stare is directed to the participant in the meeting with the text.

Keywords: Reading promotion, elder people, reading

Introducción

Las innovaciones tecnológicas, científicas y sociales, entre otros factores, han permitido que la esperanza de vida de las personas tienda a incrementarse, a tal grado que la estimación que se ha hecho como resultado de las investigaciones sobre la vejez, refiere que para el año 2050 la población considerada adulto mayor alcanzará un 21% del total de la población mundial. Con este crecimiento van surgiendo diversas necesidades que deben ser resueltas por cada sociedad, dependiendo de cómo los adultos mayores son percibidos y tratados.

Un elemento que ha sido estudiado como un aliado para mejorar la calidad de vida de las personas, como una actividad recreativa e incluso como tratamiento de algunas enfermedades, es la lectura, que en cada época, grupo social o sujeto toma sentidos diversos.

Mucho de lo que tiene que ver con la lectura y la sociedad está relacionado con la promoción, que desde hace ya varios años ha tomado parte fundamental tanto en procesos de alfabetización, acercamiento del libro a las personas, como en proyectos de fomento lector con distintos objetivos. Esta promoción generalmente responde a motivos institucionales que a veces parten de diagnósticos generalizados, y otras de objetivos y metas que a menudo no corresponden a las necesidades de los grupos con los que se trabaja.

Por otra parte, es claro que fomentar la apropiación de la lectura como una actividad de la vida cotidiana no resulta nada sencillo, pero se considera necesario comenzar a dar los primeros pasos para desarrollar una actividad más coherente con lo que los grupos requieren, para ello es necesario conocer cuál es la situación de vida de las personas y sus propios intereses, para que la intervención sea eficiente y eficaz.

La experiencia que aquí se narra tuvo como objetivo fortalecer la cohesión grupal de los adultos mayores a través de la lectura y para atenuar su soledad. La lectura entonces tiene que ver con la manera en la que fue apropiada por los adultos mayores que residen en una estancia gerontológica en Tuxtla Gutiérrez para disminuir su sentimiento de soledad y cómo poder replicarla en otras oportunidades. Se trata de compartir todo aquello que pueda contribuir a que los expertos en estos temas adquieran nuevas herramientas y técnicas para tratar esta problemática.

Adultos Mayores en Chiapas

Para poder definir quién y qué es ser un adulto mayor es necesario mencionar que "la edad es un criterio arbitrario para acotar el envejecimiento, dado que el umbral de la vejez autopercibida o socialmente asignada muestra diferencias." (INEGI, 2005, p.7). Es claro que el concebirse como parte de este grupo tiene referencias más bien culturales que naturales, sin embargo en este caso se tomó en cuenta la información oficial del Estado, que es de la que emanan todas las políticas públicas concernientes a la población.

Las personas mexicanas que son consideradas como parte de este sector poblacional son "aquellas que cuenten con sesenta años o más edad y que se encuentren domiciliadas o en tránsito en el territorio nacional" (Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, 2012, p.2), es decir, que radiquen o que se sitúen dentro del país, y que dependiendo de los contextos en los que se encuentren es como son percibidas y tratadas: "en muchas sociedades tradicionales, las personas de edad son respetadas como «nuestros mayores». Pero en otras, las mujeres y los hombres de edad pueden ser menos respetadas" (OMS, 2014, Echar abajo los estereotipos). Así también, se puede entender a esta etapa como una llena de experiencia, madurez, y de conocimientos sobre sí mismos y sobre la sociedad desde su conformación generacional.

Existe una tendencia a vivir más, esto debido a "la disminución en la mortalidad en todas las edades, especialmente la infantil, el control o erradicación de algunas enfermedades transmisibles, así como el mejoramiento en las condiciones sociales" (Vega, González, Arias, Cabrera, Vega, 2011, p.13); sin embargo, con respecto a estas últimas, es importante destacar que es el contexto el que determinará cuál es el rol del adulto mayor en la sociedad y cómo ésta va a responder a sus necesidades.

De acuerdo con el Artículo 9° de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores (2012, p.6):

La Familia de la persona adulta mayor deberá cumplir su función social; por tanto, de manera constante y permanente deberá velar por cada una de las personas adultas mayores que formen parte de ella, siendo responsable de proporcionar los satisfactores necesarios para su atención y desarrollo integral y tendrá las siguientes obligaciones para con ellos:
I. Otorgar alimentos de conformidad con lo establecido en el código civil;
II. Fomentar la convivencia familiar cotidiana, donde la persona adulta mayor participe activamente, y promover al mismo tiempo los valores que incidan en sus necesidades afectivas, de protección y de apoyo, y
III. Evitar que alguno de sus integrantes cometa cualquier acto de discriminación, abuso, explotación, aislamiento, violencia y actos jurídicos que pongan en riesgo su persona, bienes y derechos.

Es importante mencionar que en nuestro país este sector poblacional es considerado como un grupo vulnerable. De acuerdo con el INEGI (2005, p.32):

Se considera que los adultos mayores forman parte de estos grupos, dado que muchos de ellos están en situación de dependencia, no cuentan con una definición de roles y muchas veces son excluidos de las decisiones. Todos ellos comparten el atributo básico de la edad, el que se supone genera problemas similares y que los hace destinatario de programas sectoriales o políticas públicas específicas en el país.

Al ser los adultos mayores un sector poblacional vulnerable y al reconocer que existe diversidad con respecto a cómo son concebidos y tratados, es necesario generar diferentes propuestas que respondan a las necesidades particulares, sin que por ello no se tome en cuenta los estatutos oficiales de este país.

De acuerdo con el último censo del INEGI (2010) en el caso de Chiapas, la población de adultos mayores representa 7.3%, que en comparación con el censo del 2000 tuvo un aumento de 1.7% como se representa en la siguiente figura, así como los municipios de Chiapas que cuentan con los porcentajes más altos de este sector poblacional.

Figura 1. Adultos mayores en Chiapas

Los porcentajes anteriores no solamente muestran el crecimiento demográfico de adultos mayores, sino que plantean diferentes interrogantes con respecto a si el mundo, el país y el Estado están preparados con servicios, políticas públicas, entre otros rubros, para cubrir las necesidades que también irán en aumento. Conviene mencionar que la complejidad de este fenómeno aumenta si se piensa que cada grupo cultural, dependiendo de su concepto de adulto mayor, requerirá de satisfactores que a partir de su percepción y trato convengan para el sujeto.

En el caso específico que aquí se trata, el régimen sobre el cual deben estar basadas y reguladas todas las acciones que tienen que ver con este sector poblacional es la Ley para la protección de los derechos de las personas adultas mayores del Estado de Chiapas (2004, p.5), en donde en su artículo 10 presenta los derechos que deben gozar los adultos mayores:

De manera enunciativa esta ley reconoce a las personas adultas mayores los siguientes derechos:

i.- de la integridad y dignidad:

a).- a la vida con calidad, siendo obligación de la familia, de los órganos de gobierno: estatales y municipales, así como de la sociedad, garantizar a las personas adultas mayores, el acceso a los programas que tengan por objeto posibilitar el ejercicio de éste derecho […]
f).- a recibir protección por parte de su familia, órganos de gobierno, estatales, municipales y de la sociedad […]
i).- ser respetados y reconocidos en su calidad de seres humanos hombres y mujeres, como dignos adultos mayores, cuales quiera que sea su origen étnico o racial, impedimentos o situaciones de cualquier tipo; y
j).- vivir con honorabilidad en sus hogares y cerca de sus familiares hasta el último momento de su existencia; a menos que medie causa de enfermedad grave, contagiosa o mental que requiera su internamiento en instituciones especializadas; o bien que sus descendientes o parientes colaterales hasta el cuarto grado se vean imposibilitados para ofrecerles el cuidado y atención necesaria que las personas adultas mayores requieren.

ii.- de la certeza jurídica y familia:

a).- a vivir en el seno de una familia, o a mantener relaciones personales y contacto directo con ella aún en el caso de estar separados, salvo si ello es contrario a sus intereses […]
d).- a recibir el apoyo de las instituciones estatales y municipales en el ejercicio y respeto de sus derechos […]
f).- disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales, cuando residan en hogares o en instituciones donde se les brinde cuidados o tratamiento con pleno respeto a su dignidad, creencias, necesidades e intimidad, así como de su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y calidad de vida […]

iv.- de la educación, recreación, información y participación:

a).- de asociarse, reunirse y conformar organizaciones de personas adultas mayores para promover su desarrollo e incidir en las acciones dirigidas a éste sector; […]
c).- a tener acceso a la creación, producción y difusión de libros, publicaciones, obras artísticas y producciones audiovisuales, radiofónicas y multimedia, en los que se promueven sus derechos y deberes;
d).- a que se establezcan políticas y acciones pertinentes para facilitar a los adultos mayores, los espacios adecuados que les permitan ejercer derechos recreativos y culturales. Los campos deportivos, gimnasios y la infraestructura oficial adecuada para la práctica del deporte o actividades recreativas, estarán a disposición de ese grupo en condiciones de igualdad, y de acuerdo con las reglamentaciones que se emitan […]

vi.- de la asistencia jurídica y social:

a).- a ser sujetos de programas de asistencia social por parte de las instituciones estatales y municipales, teniendo preferencia quienes se encuentren en situación de riesgo o desamparo […]

vii.- de la denuncia popular:

Toda persona, grupo social, organizaciones no gubernamentales, asociaciones o sociedades, podrán denunciar ante los órganos competentes, todo hecho, acto u omisión que produzca o pueda producir daño o afectación a los derechos y garantías que establece la presente ley, o que contravenga cualquier otra de sus disposiciones o de los demás ordenamientos que regulen materias relacionadas con las personas adultas mayores.

Parte de la observación y el acercamiento al trabajo con adultos mayores en el sector público a través del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Estatal y Municipal, reflejó que en la agenda de atención en los albergues y estancias de día que tienen los sistemas DIF para personas que no cuentan con una familia que los apoye o que sus hijos trabajan todo el día, no están consideradas las diversas necesidades de un sujeto, es decir, lo que a estas instituciones les interesa como parte de su trabajo es ver por la alimentación, higiene, salud y vivienda de los adultos mayores, sin considerar las necesidades afectivas, de recreación, de pertenencia a un grupo, etc. Prueba de ello es que cuando se presentó el proyecto a ambos sistemas, se sometió a consideración de los directivos porque no provenía del área de la salud, como lo comentó una trabajadora: "si tu proyecto fuera sobre alimentación, higiene o salud, estaría aprobado sin revisión, pero como es de lectura y eso no es prioritario, lo revisaremos y te llamamos". Evidentemente no lo hicieron.

Un punto de reflexión sobre la experiencia narrada anteriormente en relación con las figuras sobre incremento de adultos mayores, hace notar que no existe un análisis por parte de quienes coordinan la atención pública con respecto a lo que implica el crecimiento demográfico de este sector poblacional y a las diferentes necesidades provenientes del incremento demográfico y su relación con las múltiples esferas de la vida social como la economía, política, ecología, educación, etc., aun teniendo un marco legal que debe guiar las acciones para que el adulto mayor tenga una vida digna hasta el último de sus días.

Lectura y Adulto Mayor

Las bondades de la lectura son diversas y particulares para cada grupo social y cada sujeto, y específicamente para el adulto mayor han sido estudiadas y aplicadas sobre todo en relación a cómo esta influye para mejorar la calidad de vida de los sujetos, y disminuir o retardar enfermedades como la depresión, el Alzheimer, entre otras que tienen que ver con la memoria. En el caso de esta experiencia, se trabajó para disminuir el sentimiento de soledad y es por ello que se plantea como aquello que permitió que los adultos mayores se reencuentren consigo mismos, se identifiquen con sus compañeros de la estancia gerontológica y así puedan disminuir ese sentimiento.

Valera-Villegas define a la lectura como:

Un modo de actuar y no de reposar, involucra unos compromisos afectivos, éticos e intelectuales, porque en ella están presentes acciones, en menor o mayor medida, como: el reconocimiento del otro, la empatía y el recibimiento. Lo que se traduciría en el reconocimiento de su diferencia, alguna medida de identificación mental y afectiva, y el abrirse o salirse de sí para encontrarse con el otro. (2009, p.64).

Se busca que el adulto mayor, a través del texto y del fortalecimiento de la cohesión con sus compañeros pueda disminuir su sentimiento de soledad; que la lectura sea ese espacio "donde el sujeto se vuelve a encontrar consigo mismo en su estructura propia individual" (Barthes, 1970, p.49), y se reconozca también a través de las experiencias compartidas con los otros miembros del grupo.

A partir de los cuentos que se emplearon en este trabajo, el adulto mayor fue creando un sentido propio con el tema que se propuso a partir del texto. No se trata de encontrar qué es lo que el autor quiere decir, sino más bien reconocer que "todo individuo lector tiene la posibilidad y el derecho de construir un sentido, su sentido" (Poulain, 2011, p.203).

En esta mirada, se dice que el lector es un productor, y que construye a partir de la lectura. Barthes afirma que "el producto consumido se convierte en producción" (1970, p.47), es así que la lectura lleva a crear o recrear algo. En este caso la producción será encaminada a escribir leyendo, levantando la cabeza, es decir, a partir de compartir experiencias vividas en el diálogo grupal que el texto invite a emerger del recuerdo, y al fortalecimiento de la cohesión entre los adultos mayores.

El sentido de la lectura se va conformando a través de las experiencias vividas por el lector, es un ir y venir entre la lectura del texto y la del contexto, entre la mirada de su propia realidad, su historia, experiencias, ideología, entre otros, y lo que el escrito le provee, confronta, refuerza o cambia, es decir como Freire (1991) menciona, la lectura del mundo precede siempre a la lectura de la palabra y la lectura de ésta implica la continuidad de la lectura de aquél. La propuesta que se hace es que en la lectura "se funda en la historicidad del lector, en la condición de un ser humano sujeto a experiencias" (Valera-Villegas, 2009, p.66). Es por ello que el sujeto leerá a partir de su postura del mundo.

Como un proceso cultural la lectura debe ser entendida como un camino a recorrer, ya que "a pesar de ser una herramienta y de resolver cosas prácticas todos los días, también es un instrumento sin un para qué inmediato" (Argüelles, 2012, p.29) por lo que muchas veces la influencia del texto en la vida del lector, no se observa instantáneamente, sino que con el paso del tiempo puede encontrar la trascendencia de aquel texto, incluso cuando se cree que ya se borró de la memoria.

La lectura propuesta no solamente tiene que ver con lo que el adulto mayor sabe, sino con lo que es:

Cuando uno lee pone todos sus sentidos en las páginas, pero también toda la experiencia acumulada del lector. No lee únicamente el libro que tiene en esos momentos en las manos y ante sus ojos, sino que lee también las pretéritas páginas de otros libros y, entre ellos, por supuesto, las del libro de la vida (Argüelles, 2012, p. 30).

A partir de las experiencias vividas y los puntos en común que cada uno pueda encontrar con los otros miembros del grupo, la lectura se convierte en un mecanismo para contribuir a disminuir la soledad sentida.

Como punto de encuentro se trata de fomentar que se comparta no solamente el momento de leer, sino también lo que en ellos evoque el texto: sus sentimientos, pensamientos, experiencias, entre otras cosas, porque "cuando compartimos lo que leemos, dotamos de fuerza apasionada un gozo y transmitimos esa pasión y algo queda en el alma, en el espíritu, en la inteligencia de quien nos acompaña en la lectura" (Argüelles, 2012, p. 43), es decir, que el poner en común fomente la empatía y simpatía entre los miembros del grupo para que puedan sobrellevar de mejor manera la situación que viven.

Promoción lectora con adultos mayores

Para poder definir de qué se trata la promoción lectora, tenemos que iniciar tomando en cuenta dos factores que forman parte importante de este proceso: la motivación y el interés. De acuerdo con Bamberger (1975, p. 37):

Al hablar de motivación, pensamos más en directrices e intenciones lógicamente determinadas qua guían el comportamiento, mientras que el factor determinante de los intereses son más bien actitudes y experiencias emocionales. Los intereses y motivaciones de un individuo refléjanse en líneas generales en su manera de vivir. Lo que el niño aprende o deja de aprender en la escuela depende más de sus intereses que de su inteligencia. Patentízalo así tanto el que logre saber más en sus materias favoritas como el tipo de actividades que elige en sus tiempos de ocio o recreo.

Como menciona este autor, el primer factor a tomar en cuenta para poder incidir en una realidad con un proyecto de lectura son los intereses de las personas, pues se tiene un punto de partida para crear la relación lectura-lector. De acuerdo con Del Ángel y Rodríguez (2007, p.11):

La promoción de lectura comprende el conjunto de actividades y acciones sistemáticas y continuas encaminadas a motivar, despertar o fortalecer el gusto e interés por la lectura y su utilización activa; es una práctica sociocultural no limitada al ámbito bibliotecario y escolar, que contribuye a la transformación del individuo y de la comunidad, facilitando el desarrollo social (Naranjo, 2003).

La promoción de lectura como proceso cultural tiene que ver con reconocer las particularidades del otro, sus intereses, necesidades, entre otras cosas, que permitan crear condiciones en las que esta actividad sea dirigida a "transformar la manera de concebir, valorar, imaginar y usar la lectura. Se procura hacer de la lectura una actividad potencialmente liberadora y edificadora de la condición del ciudadano". (Morales, Rincón, Romero, 2005, p. 201)

La promoción de lectura se ha realizado en nuestro país de múltiples formas, respondiendo a diversas necesidades e intereses, principalmente de quien realiza los proyectos, y no tanto de los usuarios. En un principio se realizó esta actividad como un esfuerzo para erradicar el analfabetismo, en otra etapa para crear y fortalecer el acceso de los libros para todos; sin embargo "poco se ha hecho para formar ciudadanos con la habilidad, la capacidad y el compromiso de hacer que esos libros formen parte de su vida". (Del Ángel, Rodríguez, 2007, p. 12)

Con base en la experiencia que aquí se narra, la promoción de lectura realizada con el grupo de adultos mayores fue basada en un diagnóstico de necesidades e intereses que encaminó no solamente la forma de realizar la intervención, sino también los textos que fueron utilizados.

Experiencia de promoción de lectura en una estancia gerontológica de Tuxtla Gutiérrez

Uno de los cambios que van surgiendo del crecimiento demográfico de adultos mayores es el desplazamiento de vivir con sus familias, o en sus propios hogares, a compartir espacios de atención geriátrica, ya sean públicos o privados.

La estancia gerontológica donde se trabajó es una empresa privada que desde hace 17 años se dedica a brindar servicios especializados de intervención gerontológica y enfermería las 24 horas del día a adultos mayores cuya misión (información brindada por la estancia) es ofrecer servicios de atención y cuidados a las personas de la tercera edad. Actualmente atiende aproximadamente a 50 personas que son residentes del lugar, y todos teniendo diferentes problemas de salud como: diabetes, depresión, insuficiencia renal, Alzheimer, entre otros.

Para que alguien pueda ingresar debe tener una entrevista con la directora, la cual habla con la familia sobre el estado de salud del adulto mayor y hace un breve estudio socioeconómico.

De acuerdo con su página de internet, los servicios que ofrece son: alojamiento, alimentación, lavado y planchado de ropa, cuidados auxiliares para la movilidad, higiene personal diaria, cuidados para la conservación y mantenimiento de las condiciones de salud y atención primaria de urgencias médicas. Asimismo programas complementarios, entre los que destacan: fisioterapia, estimulación cognitiva, actividades lúdicas y recreativas.

La enfermera encargada de la atención a los residentes mencionó que: "han asistido algunos estudiantes del área de la salud para realizar sus prácticas profesionales y servicio social, y que un grupo de estudiantes de medicina intentó conformar un club de lectura, pero no se pudo porque los adultos mayores son flojos para leer".

También comentó que cuando ellos, los cuidadores, han querido ponerlos a dibujar o a escribir, se rechazan estas actividades bajo argumentos de que no saben hacerlo, están cansados o no les gusta. Ella catalogó estas actitudes como flojera de los residentes e incluso exhortó a que no se hiciera mención de que las sesiones eran para leer, sino más bien que era una visita para platicar con ellos.

Las familias de los residentes pueden visitarlos cualquier día, en horas específicas, siendo los principales para esta actividad los sábados y domingos. Con base en la planeación de sus actividades, las autoridades de la institución designaron que se trabajaría la lectura los martes de 11 a 12 del día, después de la caminata de quienes pueden hacerlo, y antes del refrigerio.

Así también, la directora dispuso que la enfermera coordinadora designaría a las personas que participarían en el taller. Las únicas condiciones que ellas pusieron fueron que los adultos mayores no tuvieran Alzheimer, algún otro problema de memoria o alguna deficiencia intelectual, esto porque se mencionó no tener experiencia trabajando talleres de lectura con personas que tuvieran algún padecimiento de los ya descritos.

En total el grupo de lectura estuvo conformado por 27 personas, 22 mujeres y 5 hombres, cuyas edades oscilan entre los 57 y los 88 años. Asistieron a las sesiones dependiendo de su estado de salud y emocional, o si sus familias les visitaban o salían, y su permanencia en el grupo también dependió de su residencia en la estancia.

A través de una entrevista grupal se pudo conocer que ninguno de ellos tomó la decisión de estar en ese lugar, y fueron sus familiares quienes decidieron que ahí debían estar, aunque en algunos casos no vivían con ellos. Por otra parte, cuando se hizo la mudanza de los adultos mayores a la estancia gerontológica no se les comunicó que irían a ese lugar. Además se observó que no les gusta realizar actividades de escritura o dibujo, pero en cada sesión se tuvo muy buena participación a través de opiniones, anécdotas, cuestionamientos, etc.

En las primeras sesiones para conocer al grupo, la estrategia principal fue contarles cuentos, esto debido a la afirmación por parte del personal de que "no les gustaba leer"; sin embargo, cuando se llevaron copias de un cuento para todos, el disfrute de tener la lectura en sus manos modificó incluso su participación, ya que la lectura se volvió compartida, pero apropiada por cada uno. Es importante mencionar que en el grupo hay 2 personas que no saben leer ni escribir, y otras 2 que tienen problemas de la vista, pero ponían atención a lo que los demás leían y al final comentaban sobre la lectura o el tema del que se trate.

Los adultos mayores refirieron que sí han hecho amistades y hay más gente con ellos, pero eso no basta, porque han perdido (entre otras cosas) su autonomía. Cuando se habló de este tema, mencionaron que el no tener sus cosas, no estar en su casa y no haber personalmente decidido mudarse a la estancia eran algunos factores que les hacía sentirse solos constantemente.

Durante las sesiones también se pudo observar que a pesar de estar juntos en el mismo espacio, la estancia gerontológica, no se conocían entre ellos. En las pláticas del grupo es que pudieron encontrar similitudes en sus nombres, sobre algunas vivencias, el gusto por alguna comida o la música e incluso hasta la muerte de un hijo. Estas relaciones que a través del grupo de lectura se creyó que se podrían fortalecer, son un punto clave para atenuar la soledad que sienten, ya que la solidez de las relaciones con otros puede afectar de manera positiva al estado emocional de los sujetos.

Después de haber hecho un diagnóstico con el grupo, se propuso realizar un taller de lectura con 14 sesiones de trabajo, 11 planeadas por la investigadora junto con ellos y 3 sesiones libres, con el objetivo de que sean ellos quienes guiaran el tema y las actividades del día. La duración de cada taller fue de 1 hora. El objetivo general del taller fue conformar un grupo de lectura con los adultos mayores de la estancia gerontológica para fortalecer la cohesión entre ellos y así contribuir a disminuir su soledad.

Para poder trabajar las sesiones del taller fue necesario contar con las estrategias adecuadas, por una parte había que encontrar un modo de seleccionar los textos que se utilizaron para que éstos fueran los idóneos de acuerdo con los temas, y también seleccionar la forma de trabajar con el grupo para que se aproveche el tiempo acordado con la institución y así alcanzar lo que desde inicio se había pensado.

En este caso y de acuerdo con las características encontradas en el contexto antes descrito, se decidió trabajar con la técnica de grupo de discusión, porque permitió congregar y motivar las opiniones de cada uno, así como el debate colectivo que generó propuestas para mejorar la situación de vida de los adultos mayores.

Por otra parte conviene mencionar que para la selección de los textos se hizo una revisión documental (o bibliográfica como algunos autores le llaman), para determinar qué textos serían los más adecuados para lograr el objetivo del taller y por supuesto el de la investigación. Al final se eligieron los siguientes:

- Leyenda: "El árbol que no sabía quién era"
- Cuento Africano: "Cómo la sabiduría se esparció por el mundo"
- La Carpintería, en Cuentos que mi jefe nunca me contó. Juan Mateo
- El Principito, Antoine de Saint-Exupéry
- El gigante egoísta, Oscar Wilde
- Oídos en el rincón, M.B. Brozon
- La zarpa, José Emilio Pacheco
- La tregua, Mario Benedetti

Generalmente el orden del día era que primero se retomaba el tema de la sesión anterior, se leía de manera compartida el texto y a partir de las opiniones de los adultos mayores se planteaban preguntas para debatir. Cada lectura generó diferentes reflexiones que enlazaban la lectura con alguna situación de vida, como se describe a continuación:

El grupo no se conocía tanto a pesar de que convivía todo el día. Los adultos mayores no sabían sobre sus lugares de origen o cómo habían llegado a la estancia geriátrica, tampoco sobre sus gustos con respecto a la música, la comida, el quehacer cotidiano, habilidades, defectos, entre otras cosas; al ponerlos juntos en una nueva actividad, resultó un cambio radical porque la enfermera principal seleccionó a un grupo de personas con estado de salud no tan complicado y que sí pudieran llevar una plática coherente entre ellos. Al principio no hablaban con confianza, quizá porque tampoco conocían a la investigadora, así que las primeras sesiones fueron dedicadas a conocerse entre todos, a saber si para el grupo resultaba importante la amistad y sobre todo para poner en común algunos aspectos que motivaran la atracción entre los miembros.

Poco a poco cada uno fue encontrando similitudes con los otros y sobre todo compartiendo sus vivencias, temores, enojos, y también reconociendo que el tener interacción con los demás es necesario para poder sobrellevar su vida y la soledad que sienten en ese lugar.

Algunas pláticas que se desarrollaron luego de algunas lecturas llevaron a reflexionar sobre la felicidad y libertad, en donde se reflejó la importancia de la autonomía de las personas incluso en ésta, la última etapa de sus vidas, y sobre todo cuando no se ha desarrollado alguna enfermedad que imposibilite tener criterio sobre sí mismo; también se observó que algunas consecuencias de sentir esa pérdida pueden afectar no solamente su estado de salud, sino su ánimo, simpatía por los demás, tolerancia, entre otros.

Conforme se avanzó en las semanas de trabajo las personas tenían más interacción entre ellos, incluso se quedaban platicando cuando la investigadora terminaba la sesión. Poco a poco fueron acercándose más a partir de encuentros dentro y fuera del grupo de lectura, y se pudo notar porque en las primeras sesiones cuando salían a caminar, cada quien lo hacía de forma separada, y ahora se ayudaban para tener un mejor apoyo y evitar caídas.

Luego de poner aspectos en común para crear empatía y simpatía, las personas fueron tomando la palabra para leer en voz alta y dar opiniones sobre la lectura, y ya no se tenía siquiera que preguntar ¿qué les pareció? o ¿qué opinan?, ya sabían que terminando el cuento cada quien podía decir lo que pensaba y cómo lo enfrentaba a partir de lo que vivía en ese momento, así también fueron tomando valor para debatir con respecto a la perspectiva de los demás si no estaban de acuerdo, o si lo sentían de forma diferente.

Conforme fue pasando el tiempo ya tenían en cuenta quién hacía falta y pedían que se esperara a todos para dar inicio, o quienes ya sabían que se ausentarían avisaban a los compañeros para que no se preocuparan por su inasistencia. Por otra parte, a través del avance de las sesiones y de la interacción entre los miembros, el grupo fue brindándose apoyo para sobrellevar sus días en la estancia, reconociendo las actitudes positivas de los demás para tomarlas como ejemplo.

Profundizando un poco sobre las actitudes del grupo, éstas fueron cambiando conforme fueron teniendo confianza entre ellos, al principio quien moderaba tenía que intervenir sobre las voces que murmuraban mientras se leía o dando una opinión a la vez, y luego entre ellos mismos controlaban la situación, cuando veían que alguien se distraía le llamaban la atención para que estuviera callado o pidiera turno para hablar.

En varias ocasiones hubo música y ruidos que no contribuían a que las sesiones transcurrieran en calma y con el silencio apropiado para que todos escucharan el texto y las opiniones, esto también cambió, aunque no por fuera del grupo, entre ellos se silenciaban para poder escuchar mejor el cuento o las opiniones. Esto además de que ayudó mucho a la comunicación entre los miembros del grupo, también demostró el interés por tener mejores espacios y momentos de encuentro entre ellos y la lectura.

Finalmente también es destacable que los adultos mayores fueron solicitando que se leyeran diferentes títulos o autores sobre los que habían escuchado o leído en algún momento: Eraclio Zepeda, Jaime Sabines, Octavio Paz, Pablo Neruda entre otros, aunque éstos no fueron contemplados como parte del proyecto, son más bien resultado de la motivación y del encuentro para leer y podrían contribuir a futuros proyectos con el mismo grupo.

Conclusiones

Realizar promoción de lectura sin reconocer las necesidades, intereses y situación de vida del grupo con el que se pretende trabajar es como caminar con una venda en los ojos, sin dirección, sentido de orientación y no sabiendo si se llegará al destino. Previo a cualquier proyecto resulta necesario llevar a cabo un diagnóstico que permita conocer para poder incidir y transformar.

Este proyecto no tuvo como objetivo principal que los adultos mayores se convirtieran en un conjunto de amigos, sino más bien que ahí pudieran encontrar apoyo para disminuir su sentimiento de soledad; por ello se debe reconocer que no todos terminaron unidos. La atracción entre los miembros del grupo se da de igual manera por afinidades de carácter y no se trató de forzar lazos que al final resultaran quebrantando lo que se logró. Si bien ahora saben más unos de otros y hay más interacción, el encuentro propició diferentes relaciones de amistad dentro del grupo.

Por otra parte, también se buscó que el grupo no solamente sea uno que funcionara como tal en las sesiones del taller, sino que la cohesión persistiera y tomara parte importante en su vida diaria; por supuesto que no los 27 lograron estar atraídos hacia el grupo de la misma manera, pero ahora cada uno tiene en cuenta que hay otras 26 personas dispuestas a platicar, a aconsejar y también a apoyarles.

El aspecto más importante a considerar con respecto a la motivación de los adultos mayores para trabajar en grupo es que no debe ser forzado, porque en lugar de ayudar a la cohesión puede terminar rompiendo lo alcanzado en la atracción entre los miembros y hacia el colectivo. De nuevo conviene reiterar que no todas las personas tienen el mismo carácter y la misma disposición para tolerar al otro, sin embargo el papel de la investigadora consistió en ser mediadora e incluyente para motivar la apertura hacia la diversidad de perspectivas, fortalecer la confianza en el grupo, y así propiciar la participación.

Tanto la vejez como la soledad han sido estudiadas desde diferentes perspectivas que permiten observar que ambas son constituidas por diversos elementos socioculturales, económicos, ambientales, etc. Es así que a través de esta experiencia y de la literatura consultada, se puede concluir que la soledad no es algo que a través de la lecto-escritura se pueda eliminar de la vida del adulto mayor, porque es una situación multifactorial y compleja; sin embargo es posible que la lectura sea parte de la solución de un problema de salud emocional. Asimismo se considera necesario incentivar a las personas que laboran en instituciones geriátricas a colaborar con proyectos que permitan mejorar la calidad de vida de adultos mayores.

El grupo de lectura permitió dar cuenta de que todas las personas son vulnerables y marginadas en diferentes situaciones de vida, y es por ello que a través de esta experiencia se tuvo la oportunidad de reconocer que las selecciones muchas veces tan cerradas de a quién dirigir un proyecto deben abrirse a conocer diferentes realidades, diversas culturas, donde se puede encontrar una riqueza invaluable de conocimientos y experiencias que contribuyan para transformar favorablemente a las sociedades.

Referencias Bibliográficas

Argüelles, J. D. (2012). La lectura. Elogio del libro y alabanza del placer de leer. México: Fondo Editorial del Estado de México.

Bamberger, R. (1975). La promoción de la lectura. España: Promoción Cultural, S.A. Barcelona y Editorial de la UNESCO, París.

Barthes, R. (1970). El susurro del lenguaje. España: Editorial: Paidós.

Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. (2012) Ley de los derechos de las personas adultas mayores. DOF 25-04-2012. Recuperado de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/ldpam.htm

Del Ángel, M., Rodríguez A. (2007). La promoción de la lectura en México. Infodiversidad, 011. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/277/27701101.pdf

Freire, P. (1991). La importancia de leer y el proceso de liberación. México: Siglo XXI Editores.

Honorable Congreso del Estado Libre y Soberano de Chiapas. (2004) Ley para la protección de los derechos de las personas adultas mayores del Estado de Chiapas. DOF 05-11-2004. Recuperado de: http://www.geriatria.salud.gob.mx/descargas/doctos_institucionales/ley_PAM_chiapas.pdf

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2005) Los adultos mayores en México. Perfil sociodemográfico al inicio del siglo XXI. México: INEGI.

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (s.f.). Información estadística del Censo 2010. Recuperado de: http://www.inegi.org.mx/

Morales, O., Rincón, A., Romero, J. (2005). Consideraciones pedagógicas para la promoción de la lectura dentro y fuera de la escuela. Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales, 10. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65201011

Organización Mundial de la Salud. (2014). Envejecimiento y ciclo de vida. Echar abajo los estereotipos. Recuperado de: http://www.who.int/ageing/about/fighting_stereotypes/es/

Poulain, M. (2011). Una mirada a la sociología de la lectura. Perfiles Educativos, XXXIII (132). Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13218510012

Valera-Villegas, G. (2009). Yo, el otro y el texto. Utopía y Práxis Latinoamericana, 14(47). Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27911868005

Vega, M.G., González, G.J., Arias, E., Cabrera, C., Vega, L. (2011). ¿Vivir más o vivir mejor? Marginación y condición de seguridad social en el adulto mayor en México. En M.E. Flores Villavicencio, M.G. Vega López y G.J. González Pérez (Coords.) Condiciones sociales y calidad de vida en el adulto mayor, experiencias de México, Chile y Colombia. (pp. 13-16) México: Universidad de Guadalajara.